Me diagnosticaron de Lupus eritematoso sistémico y debido a las continuas inflamaciones, dolores articulares y musculares que padecí,hicieron que buscara otras vías alternativas que pudieran ayudarme a poder afrontar mejor mis problemas y así poder disminuir el dolor en lo posible.
Nadie venimos a este mundo con un manual de instrucciones de cómo actuar ante este tipo de circunstancias, cómo afrontar emocionalmente sin esperártelo que todo tu mundo de un giro de 360 grados y lo único en que la medicina te puede ayudar y les estoy muy agradecida por ello es en ponerte tratamiento para paliar en lo posible los síntomas y complicaciones que puedas tener, pero nadie te enseña a cómo manejar toda esa rabia, impotencia, tristeza, dolor, apatía, etc…que te produce verte en esa situación.
Tenía claro que sí quería un cambio en mi vida no podía seguir haciendo siempre lo mismo, si quería obtener mejores resultados tendría que realizar nuevas acciones, por lo cual me fui formando por mi cuenta, realizando talleres, leyendo muchísimos libros y buscando también la ayuda de profesionales que me ayudaran a gestionar mejor mi mundo emocional.
Con todo lo aprendido, hace varios años empecé a impartir charlas a otras personas con problemas de dolor crónico, artritis, fibromialgia, etc… porque quería ayudar a los demás con mis conocimientos aprendidos hasta ahora, enseñándoles inteligencia emocional, aprendiendo a manejar sus emociones de otra manera, ayudándoles a cómo pueden ir cambiando muchos programas de pensamiento tóxicos por otros más saludables y positivos. Enseñándoles las habilidades y recursos necesarios para realizar un uso y manejo adecuado de las emociones, está comprobado que la mayoría de las enfermedades físicas empiezan por inestabilidad emocional que afecta al sistema inmunológico.
Cuando a un paciente se le proporciona información sobre los mecanismos que actúan en el dolor, explicando los descubrimientos recientes de la neurociencia del dolor, resaltando el papel tan importante que tiene la mente en el origen y mantenimiento del dolor y los recursos que pueden utilizar para ir disminuyéndolo, al comprender todo esto cambia el modo de pensar sobre el dolor, reduce su significado amenazante y ayuda a su tratamiento. Es muy importante también iniciar a los pacientes en la práctica diaria de técnicas de relajación y en Mindfulness, para que consigan excluir del campo atención al a los estímulos dolorosos, lo que elimina o reduce sensiblemente la experiencia del dolor y enseñarlos a usar la respiración de manera eficaz para ayudarles a relajarse y así resistirse menos ante el dolor, reduciendo así su ansiedad.Muchos pacientes se sienten identificados conmigo y esto es positivo a la hora de trabajar con ellos porque ven muchas facetas de su vida reflejadas en mí y así se animan a empezar a cambiar antiguos patrones de pensamientos y hábitos de vida que les ayuden a mejorar su calidad de vida. Independientemente de lo que nos traiga la vida, cada uno de nosotros es responsable de la forma en que responde. Namasté.